Comunidad orante y fraterna
Nuestra Comunidad
Actualmente vivimos en este convento nueve frailes provenientes de distintos lugares geográficos del país, pero con la ilusión de vivir la vida fraterna en comunidad y bajo la vivencia de nuestros votos de pobreza, obediencia y castidad, que unidos en alegría y esperanza, deseamos ser rostro humano de Dios que se acerca a su pueblo.
Somos distintos, tenemos edades diferentes, tenemos orígenes diversos, pero conservamos un mismo corazón, y por ello, anhelamos que nuestra comunidad sea reflejo de la inclusión de todas y todos en la Iglesia.
Actualmente en nuestra comunidad, hay estudiantes de teología que están en formación inicial, continuando su camino de preparación para asumir cada día el proyecto del Carmelo Descalzo Mexicano con fidelidad creativa y corazón puro.
Nuestra comunidad es una familia, que procuramos atender entre nosotros y fortalecer lo que Dios nos ha ofrecido como don para servicio de los demás.
Trabajo y Oración
Un valor que hemos recibido de nuestros santos padres Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, es el binomio inseparable de la oración y el trabajo. La primera representa nuestro sentido de vida vocacional, somos llamados al Carmelo para orar como lo marca nuestra Regla de Vida, "día y noche" es decir, hacer de nuestra vida un proyecto de oración. No se limita a los momentos litúrgicos o marcados por el horario, pues procuramos crear el hábito y convicción de orar con Dios por todo aquello y todos los que Él está al pendiente...
El trabajo, es una expresión de nuestra manera de vivir la pobreza evangélica, tanto el trabajo manual como el intelectual forman parte de nuestro estilo de vida. La comunidad se sostiene principalmente del trabajo que realizamos, la atención de la casa de retiros, el trabajo manual, las clases que ofrecemos fuera de nuestro convento o en el CEVHAC, los ejerccios o talleres que ofrecemos, celebraciones y actividades en las que percibimos algún ingreso y que entra a formar parte del patrimonio común.
También Dios nos ha socorrido con la generosidad de algunas personas que nos ofrecen su apoyo de manera generosa, por ellos oramos con insistencia a Dios, cada noche después de la cena comunitaria, "oramos por las intenciones y necesidades de nuestros familiares, bienhechores y amigos", pues confiamos que Dios socorrerá su generosidad.